Ironman 70.3 Barcelona 2019

Después de un año y mi caída en la transición de esta misma prueba, estaba en la línea de salida de mi primer triatlón en muchos meses, el que iba a ser mi 26º Half acabado y mi 8ª participación en el Half de Calella (3 ocasiones bajo la marca Challenge y 5 bajo la marca Ironman). Con muy pocos metros de natación, mucha bici, poca carrera a pie y mucha incertidumbre de saber cómo iba a salir el día.


Como siempre, en primera línea del rolling start para ahorrarme pelotones en la bici. El agua este año más fría de lo costumbre (15ºC), cosa que me iba a suponer un grave problema a la postre. Se da la salida puntual a las 7:05 y a la que entro en el agua, el cambio de temperatura no me deja nadar con la cabeza dentro del agua, empiezo a subir de pulsaciones, hiperventilar y empieza el ejercicio de auto-control.

Me voy a un lado, me paro, miro donde están los servicios médicos, y poco a poco, muy poco a poco, empiezo a calmarme en unos momentos que se vuleven eternos. Me cuesta dios y ayuda llegar a la primera boya, pero al pasarla parece que todos los síntomas desaparecen y empiezo a nadar bien. Y así hasta el resto de los 1900 m de natación, con una brazada notando fuerza y deslizando. La vuelta se me pasó mucho más rápido que la ida. 33'14", que es mi peor tiempo en el half de Calella nadando, pero que se explica muy bien por lo acontecido. Sin el percance, hubiera estado en mis tiempos, nada mal para haber nadado sólo 35km desde enero.


El día, además, pintaba frío, y nadé sin la parte de arriba, así que la transición fue más lenta de lo normal, pues además decidí ponerme una segunda capa. 6 min y poco para una transición que suelo hacer en la mitad de tiempo, aunque hoy no era el dia para ir mirando el crono.

Cojo la bici y empiezo el circuito de ciclismo, 90 km con poco más de 1250 m de desinvel. Este año, al igual que el pasado -aunque no la pude hacer por la caída en la T1- opté por la bici de ruta con frenos de disco. Es un circuito que está en la frontera entre usar la bici de ruta y la cabra, depende cómo seas de hábil con la cabra, mejor tirar hacia una opción u otra.

 La verdad es que la subida a Collsacreu la hice a muy buen ritmo, por cada uno que me adelantaba yo adelantaba a varios, y la primera parte de la bajada, algo más revirada, le sacaba mucho provecho al freno de disco y los neumáticos de 28mm, que son los que lleva mi bici.

La parte de aproximación a St. Celoni, algo más de acoplarse, sí que noté la falta de cabra, pero vamos, que los que adelanté subiendo y bajando, no todos llegaron a pillarme. 

En la subida a la costa del Montseny, noto buenas sensaciones bailando la bici, y es un no parar de adelantar a cabras, pero el momento que me hizo ver que acerté con la configuración, es la bajada del Montseny, un auténtico festival donde parece que el resto van parados y yo, que tampoco es que sea un bajador excelente, me hago un hartón de adelantar en la zona más técnica del circuito. Qué seguridad me da la bici de ruta !

Así, llegamos al final de la bajada, donde solo algunas de las cabras que adelanté me han pillado, y en la zona del arcén conificado de ida y vuelta se forma pelotón, pero en 1 metro de arcén (ya lo digo siempre, el peor tramo de este circuito) no se puede hacer nada por evitarlo.

El tramo de aproximación a Collsacreu voy bien, y de todas las veces que he subido éste puertecito en competición, quizás es la que mejor lo hago, tengo buenas piernas y puedo subirlo a plato. La bajada, pues en la línea de las otras, trazando bien y sacando partido a la bici de ruta.

El tramo final de la bajada una vez llegando a St. Cebrià y cerca ya de la N-II, agarrado al manillar abajo y a por los km finales. Conforme voy llegando a Calella, veo que el tiempo será bueno, y que bajaré holgadamente de las 3h. Finalmente 2h50 en los 90km de bici, que mejora mi mejor tiempo aquí en 5'. Una vez más, mi posición al salir del agua delante, creo que me ayudó a evitar pelotones. 31.6km/h de media. Genial ! (se nota que este año estoy mucho mejor en bici).


Me bajo de la bici y la sensación no es de estar muy tocado. Vuelvo a hacer una transición muy tranquila (3', cuando la he llegado a hacer aquí en 1' y poco), y a correr. Las primeras zancadas son las que normalmente te dicen cómo vas a correr, y yo me noto cómodo. Como no he podido correr mucho este año, salgo muy prudente y enseguida me pongo a 4'45/km de velocidad de crucero, sorprendiéndome de lo rápido que pasan los km, y que no tengo problemas musculares ni articulares.

Veo que puedo estar cerca de la 1h40 y eso me anima, pero sobre el km 15 aparece el ya consabido dolor de pies, que es algo menor de lo normal, y me hace perder algo de ritmo subiendo a 5'/km.

Línea de meta, subidón al abrazar a Anaïs y a Carmen, que es el mejor premio que me pueden dar al llegar a meta, y acabo la media en 1h43 (1 min de parada técnica en el wc) y un total de 5h17m, un tiempo que ya hice hace 5 años atrás, pero con lo perdido en la natación y transiciones, estaba para mejorar. Pero si hay algo por lo que recordaré ésta prueba éste año, fue por como disfruté cada km de bici, cada metro de la carrera a pie, del ambiente, del recorrido, de las sensaciones... lástima que sólo vinieran dos compañeros más del club. Así que muy muy satisfecho, a pensar ya en la próxima.

Creo que el año que viene me tomo un descanso de esta prueba, una vez me ha salido una buena carrera y me saqué la espinita del 2018, e intentaré unirme si se hace expedición de club al Half que se decida.