Una tonta caída el martes antes de la prueba hizo que la participación del equipo fuera duda hasta última hora, pues Íñigo aún no puede correr y sólo iba a nadar y hacer la bici.
La clave de esta prueba fue la natación, pues con la corriente y olas que habían, saber nadar correctamente podía hacer ahorrarte no ya unos segundos, sino minutos. En ese sentido, creo que la estrategia que planificamos fue muy buena, otra cosa fue la ejecución...
Los primeros metros los hacemos agrupados y en la dirección correcta, pero aproximadamente a los 150m una de las olas de la parte central de la natación me hace efecto lavadora, y cuando saco la cabeza otra ola se me lleva por delante. A partir de ahí, intenté recuperar el ritmo, pero mis compañeros ya se habían alejado mucho, no podía respirar bien, y ola tras ola me iba golpeando.
Lo pasé realmente mal, estuve varios minutos ahí parado, en modo supervivencia y costándome respirar, y cuando ya había decidido volver hacia la playa, apareció Guillem para rescatarme. Bastaron pocas palabras suyas de ánimo para que reemprendiera la marcha y en poco ya estábamos en la primera boya.
A partir de ahí ya fue todo mucho más fácil, fuimos agrupados y tomamos tierra juntos, aunque con muchos minutos de retraso por mi pésima primera parte de la natación.
La transición tampoco es que fuera de libro, varios problemas de algunos compañeros con el neopreno y casco, hicieron que perdiéramos otro minutito más, pero a la que llegamos a la primera rotonda de enlace con el circuito, empezamos a recuperar tiempo...
En bici teníamos potencial para hacer lo que hicimos: volar. Un equipo fuerte en bici en el que yo me limité a dar tres relevos, guardando para la carrera a pie, y en los que en ocasiones me costaba seguir el ritmo en última posición del grupo, a más de 55 km/h en rectas con viento a favor.
Nos entendimos muy bien, buenos relevos, y demostrando que los que estaban aquí eran unas bestias sobre las dos ruedas. Llegamos a adelantar hasta 4 equipos, y nos salieron 40 km/h de media en los 20km.
Íñigo cumplió su parte del guión vaciándose en la bici, y dejó al grupo en la T2. Empezamos a correr con muchas ganas y Raúl era el que marcaba el ritmo, al ser a priori el que menos corría, pero demostrando que cuando se le aprieta, da el 120% de su capacidad.
Creo que hicimos un buen parcial a pie, incluso el último km por debajo de 3'30"/km, lastrados en la general por la mala natación, y entrando en meta con 1h11m40s, posición 28º, yendo de menos a más y contentos la menos por la experiencia del grupo y por mi parte, haber podido compartir competición con estos grandes compañeros.
Guillem: Juega en otra liga. Nadando parecía nadar en otro mar distinto al nuesto. Le miraba y parecía que no habían olas, que el tenía corriente a favor. Qué clase! Sobre la bici, fuerza descomunal y relevos potentes y largos. Corriendo iba animando al equipo. Entreno de calidad el suyo. Y al día siguiente, en una semana de carga, 3ª posición absoluta en el sprint de Sitges, saliendo primero destacadísimo del agua. Un referente en el futuro próximo...
Nebot: Triatleta gran clase, con un muy buen nivel en las tres disciplinas. Nadando cómodo, en bici mostrando su potencial y clase, y en la carrera a pie disfrutando del equipo (él podía mucho más...)
Íñigo: En el agua como un nadador experto, y en bici tirando con fuerza del grupo, vaciándose al completo. Pura potencia sobre la Cube. En breve estará corriendo de nuevo.
Raúl: Nadando supo vencer las olas, en bici demostró su fuerza tirando del grupo aunque en el guión estaba que tenía que reservarse, y corriendo dio el 120% para aguantar el ritmo al que le sometimos.
Yo: Muy mal nadando por las malditas olas, en bici reservón para poder correr y augantando el tipo con éstos compañeros, y corriendo me noté muy bien, creo que podría haber corrido más rápido.