Por suerte (no todo iba a ser negativo), pudimos aprovechar estos días por la Costa Azul y Provenza para visitar muchos rincones. Niza es una ciudad que nos sorprendió por la cantidad de gente que hay, fácil y bonita de visitar, aunque muy caótica para entrar y salir con el coche.
Los días previos aprovechamos para recorrer la costa desde Niza a Mónaco (no nos acercamos al principado pues ya habíamos estado) y descubrimos desde el coche la zona de Vilefranche sur Mer y St. Jean Cap Ferrat. Lo que vimos desde el coche nos gustó tanto que bajamos a la playa a refrescarnos los tres. Después del baño relajante+tumbonas, nos desplazamos a Eze, ciudad de piedra sobre una montaña e inumerables escalones, ideal para ir con carrito.
Las visitas post carrera a la zona de la provenza vinieron marcadas por la calor y optamos por cancelar algunas, visitando Avignon y Gordes. Ambas muy recomendables pero en otra época con menos calor.
Anaïs se acopló perfectamente a nuestro ritmo (y nosotros al suyo, claro), no nos ha dado ni 10 minutos de guerra en todas las vacaciones. Es un sol.
Los días previos aprovechamos para recorrer la costa desde Niza a Mónaco (no nos acercamos al principado pues ya habíamos estado) y descubrimos desde el coche la zona de Vilefranche sur Mer y St. Jean Cap Ferrat. Lo que vimos desde el coche nos gustó tanto que bajamos a la playa a refrescarnos los tres. Después del baño relajante+tumbonas, nos desplazamos a Eze, ciudad de piedra sobre una montaña e inumerables escalones, ideal para ir con carrito.
Las visitas post carrera a la zona de la provenza vinieron marcadas por la calor y optamos por cancelar algunas, visitando Avignon y Gordes. Ambas muy recomendables pero en otra época con menos calor.
Anaïs se acopló perfectamente a nuestro ritmo (y nosotros al suyo, claro), no nos ha dado ni 10 minutos de guerra en todas las vacaciones. Es un sol.