
Éste año es diferente, la motivación de poder estar en la línea de salida de LZ es un estímulo constante desde que se hizo efectiva la inscripción, y te ayuda a entrenar enfocando el objetivo hacia las montañas de fuego.
Prácticamente puedo afirmar que éste año es como si empezara, la ilusión es tremenda, pues creo que me enfrento a algo desconocido y duro, eso lo hace más atractivo y te da un plus día tras día.
Por eso puedo afirmar que, independientemente que haga 12, 13 o 14 horas, o que la isla me doble, LZ valió la pena.