Tras el segundo día de navegación, en el que básicamente descansamos, jugamos un poco a básquet, comimos, aprendimos un poco de ruso en una clase y entrené 1 horita, hoy hemos llegado a Estocolmo.
Ayer, al salir del teatro, a eso de las 10:30 aún había luz solar, y esta mañana ha amanecido a las 3:30 (no lo hemos visto, por supuesto). Hemos aprovechado que atracaba el barco a las 10h, para ir a cubierta a las 8h y ver la preciosa aproximación a Estocolmo.
Ciudad señorial, majestuosa, amplia, limpia y rodeada de no sé cuantas miles de islas. Empezamos la mañana intentando encontrar unas bicis de alquiler, y las que había (tipo Bicing de Barcelona) era imposible encontrar donde sacar la tarjeta.
Cuando ya nos habíamos dado por vencidos y nos disponíamos a recorrer a pie lo máximo posible pero muy limitados (la ciudad tiene una extensión muy grande),…, aleluya! Encontramos un sitio de alquiler de bicis.
Así que recorrimos lo que nos faltó de ciudad en bici y un parque nacional que está tocando a la city, repleto de verde, árboles, agua (el mar por estas latitudes parece un enorme lago, sin ola alguna) y casitas de ensueño. Todo ello en bici por unos caminos increíbles… Excursión imprescindible para aquel que venga aquí y le guste la naturaleza en estado puro y el deporte.
Fuimos también a ver un el museo Vasa, donde está un barco de guerra del siglo XVII, que se hundió y ha sido recatado, tipo “piratas del caribe”, pero sin Jack Sparrow…
Esta noche, espectáculo de dancing en el teatro del barco y después hay party de los 80’s, no sé si el cuerpo aguantará… Mañana llegamos a Helsinki y tras alquilar un coche, nos vamos directos a un parque nacional que está a unos 40 km de la ciudad.
No hemos encontrado souvenirs fuera de los típicos y horteras platos, imanes de nevera y camisetas,…, y estamos colorados de tanto ir bajo el sol. Los nórdicos y nórdicas son muy guapos/as, pero claro, es lo que decimos nosotros, ser rubios y con ojos claros pues ya de partida te da mucha ventaja… Carlitos, no vengas aquí que te pierdes!!
Ayer, al salir del teatro, a eso de las 10:30 aún había luz solar, y esta mañana ha amanecido a las 3:30 (no lo hemos visto, por supuesto). Hemos aprovechado que atracaba el barco a las 10h, para ir a cubierta a las 8h y ver la preciosa aproximación a Estocolmo.
Ciudad señorial, majestuosa, amplia, limpia y rodeada de no sé cuantas miles de islas. Empezamos la mañana intentando encontrar unas bicis de alquiler, y las que había (tipo Bicing de Barcelona) era imposible encontrar donde sacar la tarjeta.
Cuando ya nos habíamos dado por vencidos y nos disponíamos a recorrer a pie lo máximo posible pero muy limitados (la ciudad tiene una extensión muy grande),…, aleluya! Encontramos un sitio de alquiler de bicis.
Así que recorrimos lo que nos faltó de ciudad en bici y un parque nacional que está tocando a la city, repleto de verde, árboles, agua (el mar por estas latitudes parece un enorme lago, sin ola alguna) y casitas de ensueño. Todo ello en bici por unos caminos increíbles… Excursión imprescindible para aquel que venga aquí y le guste la naturaleza en estado puro y el deporte.
Fuimos también a ver un el museo Vasa, donde está un barco de guerra del siglo XVII, que se hundió y ha sido recatado, tipo “piratas del caribe”, pero sin Jack Sparrow…
Esta noche, espectáculo de dancing en el teatro del barco y después hay party de los 80’s, no sé si el cuerpo aguantará… Mañana llegamos a Helsinki y tras alquilar un coche, nos vamos directos a un parque nacional que está a unos 40 km de la ciudad.
No hemos encontrado souvenirs fuera de los típicos y horteras platos, imanes de nevera y camisetas,…, y estamos colorados de tanto ir bajo el sol. Los nórdicos y nórdicas son muy guapos/as, pero claro, es lo que decimos nosotros, ser rubios y con ojos claros pues ya de partida te da mucha ventaja… Carlitos, no vengas aquí que te pierdes!!
En bici por el parque nacional...
La reina de la ciudad buscando su gen sueco...
Espectaculares vistas desde el barco. El mar, como un plato