Sant Petersburg

Hoy teníamos por delante una excursión contratada de 9 horas, pues St. Petersburgo nos habían dicho que es muy grande y no muy seguro si te ven pinta de turista…

La excursión ha empezado a las 7:30am y nos hemos dirigido en autocar al palacio de Pushkin, a las afueras de la ciudad. La hemos atravesado por completo, nos ha llamado la atención lo grande que es la avenida de Moscú, que la atraviesa de punta a punta (4 carriles por cada sentido y yo creo que unos 10 km de largo más o menos), la cantidad de coches que hay (unos modernos y otros que parecían sacados de los años 80) y lo poco que se respetan las normas de circulación (si es que las hay ¿?).

Si habíamos dicho que el finlandés es difícil, el ruso lo es aún más, pues no contiene caracteres que seamos capaces de identificar de ninguna manera. Menos mal que cogimos la excursión…

El palacio de Pushkin, no muy grande y con una sala principal donde actualmente se hacen conciertos y fiestas privadas, con acabados dorados y el suelo de madera. El resto de salas, pues la verdad es que muy parecidas las unas con las otras, vista una… La guerra lo destruyó casi por completo, así que prácticamente está nuevo al ser renovado recientemente.

De vuelta a la ciudad, nos han llevado a comer a un restaurante típico ruso, donde hemos comido más bien poco, pues aunque estábamos un poco hambrientos, los dos somos un poco “delicados” para esto de la comida, y si además es un poco raro el menú… aunque yo lo he probado todo que no se diga, Carmen no ha comido na-da.

Breve visita guiada por la ciudad y hemos visto en directo como intentaban robar a unos turistas, tirando del bolso de una chica. Iban hacia nosotros pero les hemos visto el plumero y nos hemos metido en el restaurante. La guía rusa (con bigote por cierto) que nos ha tocado ha estado 9h seguidas sin parar de hablar, lo explicaba todo (“aquí pasa una señora con su nieto…”). Su nombre era Marina, y sus apellidos, Black & Decker.

Lo que más nos ha gustado ha sido la catedral de la resurrección (típica estampa de iglesia rusa) y luego las vistas sobre el río Neva (llamada vista del millón de dólares, que es lo que valen los apartamentos que están allí).

Mañana visita guiada a pie por el centro de la ciudad para ver los monumentos más típicos y conocidos, hacer algunas compras y esperar que no nos roben los pasaportes (hay que llevarlos encima y si te los roban hay que hacer un viajecito al consulado, que está en Moscú…)

En el palacete de Pushkin

Típica iglesia rusa

Vista del millón de dolares...