Copenhagen


Como la noche anterior, nos fuimos a dormir prontito, hoy a las 6.30h ya estábamos despiertos y casi listos para desembarcar en Copenhagen. Por suerte, hacía un buen día, algunas nubes y algo de viento, pero nada molesto. Una temperatura agradable para ir a visitar la ciudad.

Cogimos el bus que nos llevó desde el barco hasta el centro de la ciudad. Cuando llegamos allí, eran las 8.30h y sólo quedaban algunos jóvenes que aún no se habían ido a dormir, pero la ciudad parecía abandonada, no había a penas nadie por las calles. Entramos en un hotel y alquilamos unas bicis. Fue la mejor opción para ir de visita, pues la ciudad es amplia y plana y al ser domingo, no había casi tráfico.

El cambio de temperatura era constante, cada 10 minutos, saca o ponte la chaqueta. Sólo nos ha llovido unos 5 minutos y nos hemos resguardado bajo unos árboles y hemos aprovechado para comer unos bocadillos que habíamos usurpado del desayuno en el barco por la mañana.

Copenhagen es muy bonita, es como un pueblo muy grande.
La sirenita hace honor a su diminutivo, pues es bastante mini. Entramos en el Tívoli y fuimos a visitar unos jardines súper chulos. Moverse con la bici, ha sido un lujo. Queremos repetir pasado mañana en Estocolmo, ojalá el buen tiempo nos vuelva a acompañar.

Hemos llegado muy cansados y hambrientos. Lo primero ir a comer e inmediatamente una siesta que Carmen no ha podido hacer pues no para de toser sin parar. Una horita después, desistiendo de poder dormir, me he ido a correr a la cinta 45 minutos, a quemar los dos postres de chocolate que me he zampado...

Por la tarde-noche, hemos ido al cine a ver “La pantera rosa” y luego… sesión de karaoke!!